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Keith HARING, Todos juntos podemos parar el sida, 1989 

El mural que Haring hizo en Barcelona nació de un modo casi fortuito. El día 22 de febrero de 1989, al regresar de Madrid, Haring se encontró a su amiga Montse Guillén, propietaria del restaurante El Internacional de Nueva York. Cuando Guillén le sugirió la posibilidad de hacer alguna intervención en Barcelona, Haring aceptó con la condición de poder elegir el lugar. Rápidamente se consiguieron los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento y Haring eligió una plaza en el corazón del Raval, que entonces aún se conocía como Barrio Chino y que estaba muy degradado. Haring optó por una de las paredes donde cada mañana se encontraban más jeringuillas, en la plaza Salvador Seguí, entre la calle Robadors y la de Sant Pau; decía que le recordaba los barrios marginales de Nueva York donde había empezado a pintar. Aunque Haring explica en sus Diarios que pintó el mural el 24 de febrero, la prensa de la época y el video que grabó la acción documentan que fue el día 27. Dos días después, dejaba la ciudad.

Aunque era un artista muy cotizado, Haring pintó el mural del Raval desinteresadamente. Pintó en un contrafuerte adosado a la pared de un edificio en estado ruinoso y, tal como anota en sus Diarios, comenzó a las doce del mediodía y en cinco horas lo había terminado. «He tardado cinco horas en pintarlo, como había previsto. La pared tenía una inclinación extraña en la que era difícil pintar, pero una de las cosas que más me gustan de este trabajo es la adaptabilidad (física) que requiere. He encontrado una postura que me permitía pintar de una forma homogénea y equilibrada. Algunas de las mejores fotos de este mural reflejan el lenguaje del cuerpo y las posturas que adopto para pintar.» En el mural, se ve una jeringuilla asfixiada por una serpiente de grandes dimensiones con un nombre escrito debajo: SIDA. Una pareja que forma una tijera secciona el animal y alguien le coloca un preservativo en la cola. Pintado con un solo color, rojo, el color de la sangre, Haring terminó el mural con una inscripción en castellano: Todos juntos podemos parar el sida.

 

FUENTE: Web del MACBA

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